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viernes, 7 de octubre de 2011

VIOLINISTA DE SANTANDER

Oiga...¿Usted de dónde es?...

- ¡Coño!...Soy de Santander.
- ¡Hostia! - ¡Pero qué casualidad...yo soy de Bilbao! ¡Los dos del Norte!... ¿Y usted a qué se dedica?
- ¡Yo? Soy violinista...
- ¡Cago en la puta!... qué puñetera casualidad...yo también!
- ¡No puede ser!...¿También violinista?...
- ¡Pues, claro. Toco el violín de cojones, te lo advierto...
- ¡Pa' violinistas, los de Santander tío, soy el mejor de España!
- ¿El mejor de España?... Vamos, hombre, yo soy el mejor de Europa. Mira, tío, si yo tocaré bien, que cuando lo hago en la iglesia de Bilbao, la Virgen de madera llora.
- Eso, comparado con lo mío, no es nada. Fíjate, la última vez que toqué el violín en la Catedral de Santander, de lo bien que lo hice, bajó Jesús de la cruz, me dió un abrazo y me dijo:

"Esto sí que es tocar y no lo del hijo puta de Bilbao, que hace llorar a mi madre"